Pues parece que en Kosovo algunos han decidido declarar “la independencia” cuando se refieren en realidad a una secesión. Y por lo visto la mayoría de países van a asumir las recomendaciones del plan presentado por la ONU aceptando dicha declaración y estableciendo relaciones oficiales con las nuevas instituciones kosovares.
Una secesión es siempre un fracaso. Es el fracaso mismo de la democracia, que sirve para igualar a la gente en derechos y oportunidades, que se estructura alrededor de principios como la libertad, la igualdad y la justicia. Una secesión es justo lo contrario a la universalización del derecho, de la igualdad entre las personas. Es el triunfo de la frontera frente a la libertad. Porque aunque algunos crean lo contrario, una frontera nueva no hace otra cosa que generar desigualdades y limitar libertades. Es por eso, por lo absurdo que resulta crear nuevas fronteras, que considero que los países pertenecientes a la siempre creciente Unión Europea deberían manifestarse con unanimidad en contra de esa secesión, no reconociendo un Kosovo independiente.
La Unión Europea tiene que caminar hacia la unión política, superando la simple unión de mercado para acabar igualando en derechos a sus miembros. Esa unión política sólo es posible superando el localismo, lo regional, los privilegios territoriales y el conservadurismo rancio del nacionalismo, en el que todavía hoy creen muchos en Europa. Por coherencia con lo que tiene que ser la UE, se tiene que rechazar la secesión de Kosovo.
Una secesión es siempre un fracaso. Es el fracaso mismo de la democracia, que sirve para igualar a la gente en derechos y oportunidades, que se estructura alrededor de principios como la libertad, la igualdad y la justicia. Una secesión es justo lo contrario a la universalización del derecho, de la igualdad entre las personas. Es el triunfo de la frontera frente a la libertad. Porque aunque algunos crean lo contrario, una frontera nueva no hace otra cosa que generar desigualdades y limitar libertades. Es por eso, por lo absurdo que resulta crear nuevas fronteras, que considero que los países pertenecientes a la siempre creciente Unión Europea deberían manifestarse con unanimidad en contra de esa secesión, no reconociendo un Kosovo independiente.
La Unión Europea tiene que caminar hacia la unión política, superando la simple unión de mercado para acabar igualando en derechos a sus miembros. Esa unión política sólo es posible superando el localismo, lo regional, los privilegios territoriales y el conservadurismo rancio del nacionalismo, en el que todavía hoy creen muchos en Europa. Por coherencia con lo que tiene que ser la UE, se tiene que rechazar la secesión de Kosovo.
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