HACIA UNA IZQUIERDA CÍVICA

...este planteamiento, que definimos como Izquierda Cívica, constituye el núcleo del discurso político de Ciutadans y recoge el valor humanista del liberalismo político y la sensibilidad social del socialismo democrático. Es un proyecto liberal, porque se orienta a la libertad de los ciudadanos para ser y para elegir los términos de su proyecto vital. Es un proyecto que se sitúa a la izquierda, porque no concibe una libertad efectiva sin justicia social y sin igualdad real de oportunidades para todos...

viernes, 8 de febrero de 2008

LA COSTUMBRE POR CONTRATO

Hoy nos hemos enterado de la propuesta de Rajoy para inmigración. Lo que más me ha llamado la atención de la propuesta es que en el “contrato” figura la obligatoriedad de respetar las costumbres de España, algo que me asusta por lo que puede esconder una afirmación de ese tipo.

Un país democrático tiene sentido en la medida que se construye para alcanzar unos máximos de libertad e igualdad. Para ello, se legisla. Por eso, tanto al inmigrante como al que ha nacido en ese país, lo que se le debe exigir es el respeto a la ley. Exigir el respeto a las costumbres a los inmigrantes es, directamente, antidemocrático, como lo es cualquier otra muestra de nacionalismo. Es la exaltación de “lo mío”, del localismo rancio, de la cultura de pandereta y procesión. Es la negación misma del individuo como ser capacitado para sobreponerse a las condiciones de su entorno y rechazarlas. Pero parece que el PP quiere para el conjunto de España lo que dice –ahora– rechazar para los lugares donde existe el conocido “nacionalismo periférico”. El nacionalismo es nacionalismo y punto. Y es antidemocrático, siempre. “Una grande y libre; Ein reich, ein volk, ein Fürer; Una llengua, una cultura, una terra”; todas esas expresiones me producen auténtico pánico.

La costumbre impuesta desde el Estado atenta contra su laicidad. La imposición de costumbres o tradiciones no hace otra cosa que esclavizar. Es una medida profundamente antiliberal, en el sentido humano del término, que aniquila al ciudadano para convertirlo en borrego. Es la conclusión de un imaginario que plantea los Estados como una especie de zoológico destinado a preservar las ensoñaciones y delirios identitarios de la mayoría a sus miembros: una visión completamente reaccionaria.

Para acabar, y tras conocer sus reacciones, quiero decir que el PSOE no tiene autoridad moral para criticar esa propuesta. El PP desvela que, a nivel nacional, sostiene –en ese campo– las mismas tesis que el PSC (que es su partido en Cataluña) y demás partidos nacionalistas, para sus regiones. Si es que, al final no son tan distintos. Reaccionarios que dicen ser de centro, y reaccionarios que dicen ser de izquierdas.

Salud!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dice mi mujer que tienes toda la razón (carmelopec)