Xavier Vendrell (ex Terra Lliure y ex consejero de la Generalitat) ha afirmado que la organización terrorista a la que pertenecía sirvió para “sacudir conciencias” y que su disolución fue positiva porque “dio alas a otras formaciones independentistas, especialmente a ERC”, y a la vez afirma que la violencia “es un concepto muy relativo” y que tampoco fue tan grave porque “causó una sola muerte en 15 años”.
Quizás si hubiera leído un escrito de Antonio Robles le hubiera dado más importancia a la vida que la organización de la que se siente tan orgulloso puso “punto final”:
“Cada uno de nosotros somos un milagro del cosmos, pero aún cortijo importante, somos hijos de padres maravillosos, amigos de seres cono sentimientos hermosos, conocidos o deudores de otros muchos seres humanos. ¡Cuántos desvelos de una madre! ¡Cuántas historias asombrosas! Y sin embargo...
Un mal día, uno maldito comando de (…) aniquila la vida de un ser que, como cada una de todas las demás vidas, se irrepetible en el tiempo infinito del universo. Hay que ser necios, muy estúpidos, para no darse cuenta de su crimen.”
Los fanáticos no se dan cuenta de su fanatismo, pero por sus declaraciones, el señor Vendrell es de los que más. ¿Qué nombre tiene para el señor Vendrell un coche-bomba? Quizás será sacudidor de conciencias de cuatro ruedas.
Las conciencias se sacuden con argumentos, con información, con ideas. Lo que hace este señor es dar alas al terrorismo. Los nacionalismos y otros tipos de integrismos como los religiosos son predemocráticos. Su ideología le permite no condenar las amenazas de muerte que ha sufrido esta semana Albert Rivera sin pasar el menor asomo de vergüenza.
Desde la restauración de la democracia el régimen político catalán se ha visto infestado de patrioterismo usado, como no, de cortina de humo para no hablar de la gestión de la Generalitat.
Quizás haría falta recordar la realidad: la mitad de las carreteras catalanas las gestiona la Generalitat, la enseñanza y la sanidad también son competencias autonómicas. Y es cierto, todo esto funciona fatal: exijamos responsabilidades políticas a quienes se encargan de cada una de estas áreas. ¿Los consejeros Joaquim Nadal, Ernest Maragall y Marina Geli están a la altura de las circunstancias?
El Hospital Clínico disfruta de un cierto prestigio, tanto entre los profesionales, como entre los usuarios. Hasta ahora se gestionaba desde “Madrid”. Quien más quien menos habrá escuchado alguna vez que “si ya funciona bien, no lo toques”. Pues bien, los nacionalistas ansían “construir la nación”, y si ello supone sacudir la calidad de los servicios y hacernos vivir en un terremoto constante no les importa. Por otro lado, a los grandes partidos de ámbito nacional ya les va bien esta ceremonia de la confusión. Al fin y al cabo todo trata de asegurarse una buena bolsa de votos con los que acceder al poder, aunque sea comportándose como auténticos caciques.
Así se resume la política española: fanáticos, caciques, incompetentes, crispación... Mientras tanto no hay quien pueda acceder a una vivienda, las becas de movilidad para estudiantes son ridículas, las infraestructuras están saturadas, los salarios mínimos son lamentables...
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía pone al ciudadano en el centro del debate político, porque sale precisamente de una ciudadanía harta de la clase política actual, y lo hace desde el espacio político del centro-izquierda, desde los ideales del socialismo y el liberalismo progresista. Atentos al programa que presentaremos para las generales, porque será un programa hecho por y para los ciudadanos.
Sergio SanzCoordinador de la Agrupación de Jóvenes y Secretario Segundo del Consejo General de C's
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Publicado en la web de C's.
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