HACIA UNA IZQUIERDA CÍVICA

...este planteamiento, que definimos como Izquierda Cívica, constituye el núcleo del discurso político de Ciutadans y recoge el valor humanista del liberalismo político y la sensibilidad social del socialismo democrático. Es un proyecto liberal, porque se orienta a la libertad de los ciudadanos para ser y para elegir los términos de su proyecto vital. Es un proyecto que se sitúa a la izquierda, porque no concibe una libertad efectiva sin justicia social y sin igualdad real de oportunidades para todos...

miércoles, 14 de octubre de 2009

LA VACUNA CONTRA LA DESTRUCCIÓN DE LA POLÍTICA


Hay una serie televisiva cuyo protagonista es un inteligente forense policial capaz de resolver los crímenes cometidos por la más retorcida de las mentes. Su habilidad se debe a que él mismo es, también, un psicópata. Un psicópata cuyo código propio de comportamiento se aproxima bastante a las normas de convivencia de la sociedad, lo que le permite participar en ella. Estoy hablando de Dexter, aunque, en realidad, lo que pretendo es introducir de puntillas el análisis freudiano del comportamiento humano y ver si así ayudo a la clase política española a recuperar la dignidad.

Los partitócratas españoles –secesionistas incluidos- nos harían un favor a todos si se preguntasen por qué han ido perdiendo credibilidad ante la opinión pública hasta el punto de llegar a convertir el “todos son iguales” en un cliché más. Para evitar un nuevo gasto inútil, una recomendación al Tripartito: no hay necesidad de encargar informes. Se trata de hacer un ejercicio de realismo, y tomar consciencia.

Hacer un análisis racional de los fundamentos de la democracia es sencillo. A grandes rasgos diríamos que se trata de un sistema político fundamentado en los principios de libertad, igualdad y justicia, que necesita de tres poderes independientes para garantizar su viabilidad, y donde cada uno de los ciudadanos es un sujeto de derecho. A través del poder constituyente, se elige un modelo institucional, con un organigrama y unas normas de participación -que a su vez permiten su modificación- cuyo fin es facilitar la solución de los problemas de gestión de una sociedad. Dándose traslado de la voluntad popular a través de sufragio universal.

El imperio de la ley sustituye al imperio de la fuerza. La razón sustituye a la brutalidad. Los miembros de esa comunidad política aceptan las normas, y se dispone de mecanismos para que esas reglas sean aplicadas a todos por igual.

De esa forma, el que circula a 200 por la carretera lo hace porque siente un impulso de atracción por la velocidad. Pero se le retira el carnet porque ese impulso pone en riesgo la seguridad del conjunto de usuarios de la vía. En realidad, violenta el tráfico. Y la norma se define para facilitar la convivencia y es aceptado así socialmente. Sin embargo, un ayuntamiento decide rendir homenaje a un golpe institucional, y no pasa nada. Será que, por parecer ya una costumbre en la política catalana, no escandaliza a nadie. "Es lo que hay", pensarán muchos.

Igualmente, al estafador que se dedica a dejar sin dinero al prójimo lo meten en la cárcel. Su delito es conseguir dinero siendo hábil con la mentira. El dinero, al fin y al cabo, se necesita para sobrevivir y el impulso que puede llevar a alguien a estafar es el instinto de conservación. Lo que ocurre es que esa acción agrede a los derechos de terceros.

Lamentablemente, la política en España parece estar dirigida por impulsos, y no por razones. Con demasiada frecuencia por un instinto de conservación, movidos por la continuidad en el cargo. Se entiende así que Zapatero negara la crisis antes de las elecciones. Corría el riesgo de no continuar como Presidente si se conocía que su gestión económica había sido nefasta. Y también se entiende así que, si quiere conservar su electorado, afirme ahora que la subida del IVA afectará especialmente “a los más ricos” aunque la realidad sea que dificulta, todavía más, llegar a fin de mes a quienes ya llegaban justos antes de que estallase la crisis. También, por ese instinto de conservación, no parece que Rajoy esté muy implicado con la trama de corrupción que azota a su partido, o por una pulsión erótica por alcanzar el poder la estrategia de ese partido esté dirigida a buscar el apoyo de un partido que, movido por otras pasiones, les llevan a poner en crisis las instituciones que dan estabilidad a la democracia.

Freud contraponía, como no podía ser de otra manera, instinto y razón. Es fácil dejarse llevar por los instintos, en cambio para utilizar la razón hace falta voluntad. Pero sólo a través de la razón es posible definir proyectos políticos a largo plazo; progresar; construir futuros mejores, más igualitarios y justos.

Pero cuando los cargos públicos se saltan las normas de participación en las instituciones, o la corrupción –no sólo el que roba fondos públicos, sino también la ética- se percibe como un mal menor, es cuando el sistema se desvanece. Que los bajos instintos determinen los movimientos políticos destruye la política en sí para convertirla en un circo donde todo vale. Y la ciudadanía, entre tanto, desconfía de esos políticos como de los psicópatas. Porque el instinto del psicópata, al final, es destructivo.

La vacuna contra la destrucción de la política consiste en una inyección de respeto y de responsabilidad. Sólo así es posible recuperar la dignidad, un atributo que descansa en la racionalidad.

Salud!

4 comentarios:

alfredo dijo...

Sergio, no debes olvidar que si la alternativa a la partitocracia son partidos como Ciudadanos, capaces de venderse, esta seguirá dominando, y con razón. ¿Para que cambiar, si lo nuevo resulta ser un esperpento surrealista?. Mal están las cosas.

Luis Fernández del Campo dijo...

Alfredo, lo tuyo ya es obsesivo. Si te fuiste de C's, ¿a santo de qué sigues dando la murga desde fuera?
Tú sí que te has vendido, en C's somos capaces de llegar a acuerdos con muchas personas e ideologías, respetándonos mutuamente, y sin renunciar a nada. Tú sí que has renunciado a relacionarte con los demás e intercambiar puntos de vista, eres un sectario.
Sergio, excelente artículo.

alfredo dijo...

Luis, tengo la libertad de cometar a un excompañero de Jóvenes Ciudadanos, al que apreciaba. Hay que predicar con el ejemplo. Las alternativas a la partitocracia deben ser serias si son como Ciudadanos tendremos partitocracia hasta el fin.
Y si no te gusta lo que pienso, Luís, ¿para que me respondes?

Sergio Sanz dijo...

Alfredo, la alternativa a la partitocracia se puede conseguir a través de distintas propuestas compatibles. Una sería a través de partidos de funcionamiento democrático, que elabora las listas por primarias haciendo así que el cliché de que "el que se mueva no sale en la foto" no sea válido en ese partido.

Otra, a través de la limitación de mandatos; o eligiendo a los cargos públicos por listas abiertas.

Y, vaya que cosas, lo anteriormente expuesto describe a Ciudadanos.

Igualmente, el articulo no trata sobre la partitocracia. ¿Hay algo en lo que no estés de acuerdo en las reflexiones que abordo?

Porque me sorprende que, además, sin que mencione a C's en él, aproveches para meter criticarlo sin con acusaciones infundadas. Esa actitud me recuerda a aquellos que dejan de fumar y se vuelven beligerantes con los fumadores.

Salud!
Sergio