HACIA UNA IZQUIERDA CÍVICA

...este planteamiento, que definimos como Izquierda Cívica, constituye el núcleo del discurso político de Ciutadans y recoge el valor humanista del liberalismo político y la sensibilidad social del socialismo democrático. Es un proyecto liberal, porque se orienta a la libertad de los ciudadanos para ser y para elegir los términos de su proyecto vital. Es un proyecto que se sitúa a la izquierda, porque no concibe una libertad efectiva sin justicia social y sin igualdad real de oportunidades para todos...

lunes, 26 de abril de 2010

QUE DELICADA ES LA MEMORIA

Recientemente ha muerto Juan Antonio Samaranch, y los abanderados de la justicia histórica recuerdan que este individuo, en el pasado, fue franquista. Y bien es cierto que lo fue. Pero con la ley en la mano, a Samaranch no se le puede reprochar nada. En España hubo una guerra de clases que acabó derivando en dictadura de 40 años en la que un gallego mamoneaba con sus amigos y advenedizos. Hay que recordar que Samaranch, durante la guerra, se exilió en Francia, y que volvió cuando aquí ya no se pegaban tiros jurando lealtad al régimen de Franco.

Moralmente en cambio, si que se le puede reprochar su participación como miembro activo en las instituciones de una dictadura, aplicando una legalidad que no emanó de la voluntad del pueblo sino de la fuerza militar de unos golpistas. Pero eso mismo se le debería reprochar también a Pasqual Maragall, que era secretario de un alcalde franquista, o a los fiscales Mena y López-Villarejo, que empezaron también sus carreras en la administración de justicia aplicando leyes franquistas. Estos últimos, por cierto, fervientes defensores hoy de una memoria histórica que, probablemente, no coincide con la mía propia. Al fin y al cabo, para mi también ellos pertenecen al paquete de los colaboracionistas con el régimen franquista.

Que delicada es la memoria.


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