EN HOMENAJE AL ESTELUTXO

Es una gran suerte que el ser humano sea idiota por naturaleza porque esa es la condición que nos excusa cuando nos equivocamos. Y, si bien es difícil reconocer los errores, menos habitual es reconocer que ha sido la idiotez la que nos ha conducido a ellos.

Hace unos días, una concejal del PP de Palafrugell apoyó que la bandera “estelada” esté presente en el consistorio en la celebración de su centenario. Algunos medios de comunicación la criticaron como si eso la convirtiese en secesionista. Eso no atiende para nada a la realidad, pero seguro que vende más.

La edil, que es humana (con todas las condiciones que caracterizan al ser humano), ha preferido no disentir. Porque disentir supone significarse, y ese no es el camino fácil. Entrar en una iglesia donde se celebra misa y decir que diós es una invención humana, en otros tiempos suponía ir a la hoguera. Hoy te echan. Y con el nacionalismo, que es también un acto de fe, pasa algo parecido.

Pero no porque te echen o porque dejes de caer simpático vas a dejar de ser sincero en la crítica. Que un ayuntamiento homenajee la bandera “estelada” no es muy distinto a que homenajee la bandera del aguilucho. El marco constitucional establece cuales son los símbolos del Estado y su uso. Las leyes, entre otras cosas, sirven para evitar acciones arbitrarias. Poner símbolos inconstitucionales en instituciones que, precisamente, emanan del poder constituyente es poner en crisis las propias instituciones y el sistema democrático mismo. Y ello nos lleva a plantearnos lo siguiente. ¿Si un ayuntamiento no cumple con las leyes, por qué cojones tengo que ceñirme yo a sus leyes? Soy demasiado idiota como para dar con la respuesta. Se aceptan ideas.

Salud!